domingo, 27 de septiembre de 2015

Por qué me siento secundario

A veces siento que no es solo una sensación, que es la realidad. Soy ese personaje secundario en la historia de muchos que si un día no aparece nadie echaría en falta. Soy esa persona que lucha día a día por ganar un papel protagonista, que hace sacrificios para satisfacer a todos, que pone el máximo empeño para ser alguien en la vida de los demás, pero que sus actos siempre pasan desapercibidos. Una gratitud en el momento de la acción y, al día siguiente, todo queda olvidado.

Pueden pasar semanas, meses o años, la situación no cambia. Puedo solucionar problemas, rupturas y engaños, pero a nadie le importa. Seco lágrimas, doy consuelo, y nadie se percata. Y es doloroso que la única vez que se me tenga en cuenta es cuando alguien está mal, pero luego me olviden y me ignoren cuando es al contrario.

Todo el mundo conoce la historia y conoce al protagonista, pero nadie sabe nada del personaje secundario ni qué hay detrás de todo eso. Cuando no entra en escena nadie lo recuerda, y cuando está en el escenario solo saben su carcasa. Pero detrás de esa actuación se esconde una persona tan importante como el personaje principal, ¿sabéis? Una persona con sentimientos y problemas que se ve obligada a luchar en soledad sin tener un punto de apoyo al que aferrarse cuando no le quedan fuerzas. Y ese soy yo sobreviviendo a la crueldad de la vida a duras penas, viviendo eternamente a la sombra de los demás.

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