Antes de que penséis que esta será una entrada depresiva y negativa, debo decir que no me considero nada en términos de etiquetas.
Hoy día, uno no puede considerarse nada sin que la gente le tache de poser por no hacer algo o escuchar determinados grupos. Pero la cosa puede llegar a más extremos. ¿No has escuchado tal canción? No digas entonces que te gusta ese grupo.
Es algo que ocurre en el rap, del cual hablé en la entrada anterior, y en géneros como el rock o el heavy metal. De hecho, esa falta de respeto ocurre no solo con la música. Entre tu grupo de amigos gamers no puedes considerarte como tal si no has jugado a sus juegos favoritos. Por eso yo no me considero nada, porque yo no jugué a la Dreamcast, porque yo no escucho a Foyone, porque no me gusta Nirvana, porque no he jugado ninguna campaña de Vampiro: La Mascarada... Porque lo que me gusta a mí no siempre es lo que le gusta a los demás y, a causa de eso, siempre me mirarán como si fuese un ser inferior. Siempre seré el bicho raro del grupo, el que no consigue encajar porque solo hablan de lo mismo una y otra vez y no entiendo sobre ello.
Y sé que, al igual que yo, habrá más gente en esa situación de desplazamiento por el simple desconocimiento de algo tan básico como puede ser un grupo o una canción, o porque no le guste cierto juego de consola o de rol. ¿No es triste que una persona se sienta desplazada de un grupo por una nimiedad como esa?
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