Imaginad la siguiente situación: Vivís en un piso que lleva perteneciendo a vuestra familia desde hace 43 años, donde han vivido ya tres generaciones (vuestros abuelos, vuestra madre y tíos, y vosotros), y que siempre habéis consumido, de la misma empresa suministradora, gas butano. Hablamos de 43 años abasteciendoos del mismo proveedor, de los cuales un año lleváis viviendo, independizados, en ese piso y con el mismo suministro que ha tenido vuestra familia antes que vosotros. De repente, un día, pedís una bombona, como habéis hecho siempre, y a la semana siguiente sigue sin llegaros. Y no es hasta que decidís llamar para ver qué pasa que no se dignan a deciros el motivo: No tenéis un contrato de suministro y, al no haber una póliza, no os mandarán la bombona. ¿Cómo os quedáis? Pues esta es la nueva estafa de Repsol.
Tras media semana esperando a que me llegara la bombona que pedí decidí llamar a un número que, por fin y después de varias quejas, me facilitaron desde las redes sociales y que no era un contestador automático. Bien, por fin consigo un número de teléfono donde no me atiende una máquina. Para mi sorpresa me comunican que no tenemos ninguna póliza con ellos y que no pueden suministrarnos bombonas. Todo después de 43 años en los que no ha parecido importarles lo más mínimo que no haya una póliza. Pero lo peor del asunto es que, en un intento de ser más humanos y de comprender la situación que estoy viviendo, me prometen que me pondran el pedido que hice como un pedido de urgencia para que recibiera la bombona mientras tramito el contrato. ¿Cuál es mi ya no tan sorpresa días después? Que no piensan traérmela después de asegurarme que la recibiría con urgencia, incluso preguntándome cuándo estaría en casa para poder traerla.
Esta segunda llamada, porque no soy tonta, yo ya voy a donde sé que me va a atender una persona y no un contestador automático, se puede resumir en una constante insistencia para que venga un técnico a revisar la instalación para poder firmar un contrato de suministro y así traerme la bombona. Que me muera de frío y haya cogido un catarro por tener que lavarme calentando agua en cacerolas les importa una mierda, solo les interesa ver más dinero.
Lo peor de todo es que siempre me insisten en lo mismo, en que tiene que haber una póliza para poder suministrar bombonas de butano, lo cual lleva a preguntarme una cosa: ¿Por qué hasta ahora he podido abastecerme durante este año, más el tiempo que se ha abastecido mi abuela 42 años antes de que yo viviera aquí, sin que hubiese ningún problema? A mí me huele a que no veían suficiente dinero y están buscando cómo sacarle más dinero todavía al consumidor. Y no me hubiese importado, de ser cierto que ahora es obligatorio tener un contrato, haber firmado una póliza para que me abastecieran; llega el invierno y no quiero tener escarcha en las pelotas cada vez que me duche. Al menos, no me hubiese importado si esta gente lo hubiese hecho bien. Estamos hablando de 43 años de suministro en el que hemos proporcionado dirección y número de teléfono cada vez que hemos pedido una bombona. Tanto la dirección de mi vivienda como mi número de teléfono tienen que estar en los registros de Repsol. Ya no hablo de que me llamen personalmente, pero, ¿tanto trabajo costaría enviar una carta para informar de que cesarán de enviarme sus bombonas si no firmo la póliza? No, me tengo que enterar después de que retengan mi pedido durante una semana...
Nada más ni nada menos que 43 años abasteciéndose esta vivienda del mismo gas butano de la misma compañía y ahora, justo cuando se acerca el frío, deciden retener una bombona y ni siquiera avisar del motivo, teniendo tanto mi dirección como mi teléfono. Al contrario, esperan a que llame preguntando qué pasa para decirme lo de la póliza. Y, para empeorar más el asunto, prometen que me la enviarán con urgencia para recibirla mientras yo tramito el contrato, y sigo esperando como una ingenua a que reciba algo que jamás me iban a mandar. Imaginad que esto le ocurre a una persona mayor, la típica abuelita octogenaria que no puede valerse por sí misma. ¿Qué habría podido hacer ella? Porque yo, al fin y al cabo, puedo ir a la gasolinera más cercana con un amigo y traerme una bombona, pero, ¿y esa ancianita? ¿Qué le habría deparado? ¿Cuánto tiempo habría estado esperando para saber que su bombona nunca le llegaría? Porque esto, de no ser porque está en la residencia y yo soy la que está cuidando del piso siendo su inquilina, le había pasado a mi abuela de 83 años. Y es lo que más me fastidia de todo, que esta situación le podría haber ocurrido a mi abuela quien, ingenua, habría esperado muerta de frío a que esa empresa de buitres y carroñeros le informara de que no podrían abastecerla hasta que firmase la póliza.
y no podias comprarla en camion,gasolinera o ferreteria y evitar esa estafa? aqui en BCN la estafa es que piden 20€ mas propinas por bombona cuando su precio regulado es 14,15€.
ResponderEliminarEl problema es que no he tenido casi tiempo en esta semana para poder ir a por la bombona...
Eliminar