sábado, 24 de diciembre de 2016

Felices y reflexivas fiestas

24 de Diciembre. Hoy es nochebuena y mañana Navidad. Y sé que mucha gente que conozco aborrece estas fiestas, odia pasar estos días en familia por x o y razón. Y quizá tengan razones para ello, pero quisiera que os paréis unos minutos a pensar en lo que voy a escribir. Seguro que ahora habrá alguien maldiciendo y diciendo "joder con Stryke, ya quiere hacernos sentir mal". No, es justamente al contrario. Si bien el contenido de este texto y de mi última canción es bastante triste, solo quiero que lo miréis desde otra perspectiva. Por ello empiezo con la moraleja: Disfrutad de lo que tenéis porque otros desearían estar en esa misma situación. Sé que no ayuda, por eso os lo voy a explicar y os dejaré mi Cuento de navidad al final de la entrada.

Muchos odiáis las navidades, estas fiestas para estar en familia, llenas de consumismo, comidas abundantes y bullicio. Ahora mismo, mientras estáis leyendo esto, hay alguien en la calle consumiéndose por la envidia al pensar en cuánta gente cenará comida sabrosa, calientes en sus casas y con su familia. Ahora mismo hay alguien huyendo de la guerra, muriéndose de frío, cruzando el mar en una barca cochambrosa, llorando la pérdida de su hogar. Ahora mismo hay alguien que echará de menos a sus familiares, fallecidos por los atentados terroristas de estos años (y no hablo ni de Berlín ni de París ni de ningún país occidental, hablo de Oriente Medio también). Ahora mismo hay alguien llorando por no poder compartir su cena con algún familiar que falleció por no poder superar una enfermedad. ¡Por no hablar de quien todavía está luchando por superarla! Incluso hay quien tiene a su familia todavía, que está viva y sana, que vive cerca, que tiene su casa y su comida, que perfectamente podría verla sin problemas, pero que no la ve porque no quiere la otra persona.

¿Sabéis? Yo voy a pasar esta noche solo con mi madre. Y me lo voy a pasar genial. Vamos a comer, vamos a beber, nos vamos a reir, vamos a cotillear y vamos a disfrutar. Porque todo esto que os he contado es una realidad que ocurre tanto al otro lado de la pared que da a la casa del vecino como a cientos o miles de kilómetros. Y si no aprovechamos ahora, que estamos a tiempo, algún día no podremos aprovecharlo y nos arrepentiremos. ¡Y os lo digo yo, que ni siquiera he decorado la casa!

Como he dicho al principio, no quiero entristeceros ni arruinaros las fiestas. Al contrario, quiero que reflexionéis y disfrutéis de la compañía que tengáis esta noche. Por eso os deseo a todos y a todas, quienes leéis mis entradas, escucháis mis canciones y aguantáis mis tonterías, unas felices y reflexivas fiestas.


martes, 12 de abril de 2016

La dirección del IES Portada Alta en contra de los estudiantes

Durante estos últimos cuatro años, los estudiantes se han unido en más de veinte convocatorias de huelga contra los ataques a la educación pública que ha lanzado el gobierno del PP. Casi en cada trimestre de estos cursos el Sindicato de Estudiantes ha convocado a todos los alumnos de todos los institutos y facultades mediante asambleas y reuniones para movilizarnos todos a una en las calles y echar atrás todas las reformas que se nos ha tratado de implantar antidemocráticamente. En Málaga, decenas de institutos nos han abierto sus puertas para organizar reuniones de delegados y aprobar asambleas generales en hora lectiva, derecho que tenemos según el artículo 28 del Real Decreto 732/1995: “Los Directores de los centros garantizarán el ejercicio del derecho de reunión de los alumnos dentro del horario del centro […] los órganos competentes de los centros facilitarán el uso de los locales y su utilización para el ejercicio del derecho de reunión”. Desgraciadamente este no es el caso del IES Portada Alta, donde su directora, unilateralmente, desconvocó a última hora la asamblea programada para todos los estudiantes el pasado viernes 8 de Abril.

Todo empezó el lunes 4 de Abril. El Sindicato de Estudiantes se reunió con los delegados de todos los cursos del IES Portada Alta a partir de 3º de la ESO para informar y aprobar la asamblea general. Una vez aprobada por unanimidad, se presentó y se pasó por registro del acta en secretaria, avisando con cuatro días de antelación (por ley hay que avisar con más de tres días de antelación) y todo salió a pedir de boca. Pero al llegar el día de la asamblea me encontré, junto con otra compañera del SE, con que la directora había desconvocado unilateralmente, y sin avisar a nadie, la asamblea programada. A pesar de la insistencia y tras una breve conversación, acalorada por parte de la directora quien en todo momento se puso a la defensiva, mi compañera y yo abandonamos su despacho y nos dispusimos a informar a los delegados para que recogieran firmas entre sus compañeros para pedir que se respetara el derecho a asamblea general y se pusieran por registro todas las firmas.

Durante otra charla con la directora tras que interrumpiera nuestra reunión, nos informó que volvería a desconvocar toda asamblea que pidiéramos y que sus acciones estaban respaldadas por el CGT. Más adelante una llamada nos bastó para descubrir el bulo que había soltado. Nadie del CGT sabía nada e, incluso, nos mandaron un comunicado en el que pedía al centro educativo que se volviera a convocar la asamblea. No solo no se ha vuelto a convocar la asamblea sino que las firmas presentadas fueron retiradas del registro.

Este no es el único ataque que se ha recibido por parte de la dirección y de aislados profesores del centro, pues durante otra huelga convocada en el primer trimestre por otras asociaciones juveniles se amenazó a los alumnos de un curso con quitarles un punto de la evaluación por haber secundado la huelga y haber obligado a la profesora a repetir el examen posteriormente.

No podemos permitir que pisoteen nuestros derechos, tenemos que seguir luchando por mantenerlos. Tanto la huelga como la asamblea en hora lectiva es totalmente legal y nadie puede impedir que ejerzamos nuestros derechos.

¡NI UN PASO ATRÁS EN LA LUCHA POR LA EDUCACIÓN PÚBLICA! ¡NINGÚN ATAQUE QUEDARÁ EN EL OLVIDO, NINGÚN ATAQUE SERÁ IGNORADO!

jueves, 11 de febrero de 2016

Por qué eché de mi casa a @leti_uchiha ¡BASTA DE MENTIRAS!

Viendo que a la niña le gusta el juego, vamos a seguir sacando trapos sucios. Esta vez, con los motivos de por qué, a cinco días de que se fuese a ir de Málaga, la eché de mi casa. Pero antes de empezar a detallarlo, os pregunto: Si ha estado un mes y medio en mi casa, ¿qué nos hubiese importado a mi madre y aguantar cinco días más? Pensadlo, algo habrá tenido que pasar para no querer esperar más, ¿no? Esto es lo que pasó:

Remontándonos a antes de su llegada, he de admitir que yo siempre le dije que podía estar todo el tiempo que quisiera en mi casa siempre y cuando ella nos echara un cable. En todo momento dejé claro que no queríamos dinero, simplemente con que colaborase un poco con las tareas sería más que suficiente. Y ella siempre decía que le encantaba ayudar, así que pensé que no habría ningún problema. Al fin y al cabo, fregar un par de platos no supone ningún esfuerzo. Pobre iluso al creerme que ayudaría...

Al principio tenía la excusa de que siempre la llevaba de un lado para otro con el objetivo de que conociera Málaga, así que no le dimos ninguna importancia al hecho de que ni siquiera pusiera la mesa. Al fin y al cabo, era normal que, después de estar todo el día en la calle, quisiera descansar. Pero poco a poco nos fuimos dando cuenta de lo gorrona y agonías que era.

"Culo veo, culo quiero" es la mejor forma de definirla. No podíamos ni comer con tranquilidad porque ella siempre miraba nuestro plato con deseo, antojándosele comer lo mismo, aunque ella estuviera también lo estuviera comiendo. Nos sentíamos realmente incómodos con su presencia, y creo que el hecho de que una persona no pueda sentirse cómoda en su propia casa ya es un motivo más que suficiente para tomar cartas en el asunto. Pero esto es una nimiedad con lo que viene a continuación.

VOlviendo al hecho de que hablamos que tendría que ayudar en casa, siempre nos tuvo como si fuésemos sus esclavos. Si mi madre o yo estábamos preparando la cocina, ella no era capaz ni de poner la mesa en la mayoría de las ocasiones, y las pocas veces que intentó ponerla resultó ser más un estorbo que una ayuda. Esto último lo explicaré más adelante, cuando empiece a hablar de sus impertinencias.

Nosotros nunca hemos exigido que ella hiciera nada, queríamos que saliera de ella, que tuviera un detalle con nosotros ayudándonos, sobre todo cuando mi madre trabaja por la noche y por la mañana lo único que desea es cambiarse y meterse en la cama. A todo esto, he de decir que, para mayor comodidad, esta chica dormía en el cuarto de mi madre cada vez que trabajaba, por lo que muchas noches le sacaba el pijama al salón para que mi madre, al menos, pudiera ponerse cómoda. No tuvo ni el detalle de levantarse "temprano" (qué sé yo, a las 10 de la mañana) para que mi madre pudiera entrar y echarse un rato. La vez que se levantó más temprano fue a las 11, con eso lo digo todo.

En cuanto a lavar los platos, ya le soltamos varias veces alguna indirecta a ver si la captaba y, aunque fuese por vergüenza, decidía lavarlos. Su respuesta: nos miraba y seguía con el móvil. De hecho, cuando ya no quedaba nada por ver en Málaga, su planning diario era desayunar, ponerse con el móvil, comer, ponerse con el móvil, cenar, ponerse con el móvil y dormir, y vuelta a empezar al día siguiente. Y si no era con el móvil, era con mi ordenador, hasta que me cansé, con la excusa de "buscar trabajo".

Y normal que me cansase de dejarle el ordenador. Me decía que iba a buscar trabajo, a actualizar su currículum, a preparar los carteles para dar clases particulares... y siempre estaba viendo alguna serie o algún vídeo. La única revisión que hizo a su currículum fue cuando me puse serio con ella y le dije que se pusiera a ello delante mía. Y, cómo no, fui yo quien tuvo que decirle, harto de dejárselo caer durante dos semanas, que imprimiera el currículum CON MI DINERO y quien la llevó al centro a echarlos.

A todo esto, se me olvida un detalle importante: Ella iba a estar solo lo que duraran las fiestas. De hecho, estaba previsto que se fuera el 8 de enero. YO, y recalco que lo hice YO, convencí a mi madre para que se quedara un mes más mientras "buscaba trabajo". Supuestamente ella quería buscarlo para poder pagarnos por lo que habíamos hecho por ella. Luego, todos nos dimos cuenta de que ella no tenía intención ni de trabajar ni de pagar, aunque esto último nos diese igual. ¡Pero si podría haber estado trabajando para nosotros, vigilando a mi abuela por las noches y haciéndole compañía solo los fines de semana por 50€ a la semana! Teniendo en cuenta que no habría hecho absolutamente nada hasta ahora, se habría llevado, de gratis, 200€, y habría tenido una habitación para ella sola donde pasar las noches. Pero, ¿cómo le vamos a ofrecer que cuide de mi abuela con lo que nos estaba demostrando?

Y hablando de dinero y agonías... Todavía recuerdo una noche que llamamos al chino porque a ella se le antojó. Cada uno pidió una cosa distinta, siendo lo suyo notablemente más caro, pero, bueno, si era lo que le gustaba, qué se le va a hacer. El problema llegó cuando recibimos la comida y nos dimos cuenta de que el restaurante se había equivocado con una de las comidas. Un error que tampoco era gran cosa, al fin y al cabo. Aprovechándose del error, ella cogió el arroz que le correspondía a mi madre (que, aunque fuese otro el que le trajeron, todos sabíamos que era el suyo) y se lo zampó, obligándonos a mi madre y a mí compartir plato. Por si no fuera poco, sabiendo que su comida no nos gustaba ni a mi madre ni a mí, se lo guardó para comérsela al día siguiente. Vamos, que la niña no es tonta precisamente. Además, cuando íbamos a comprar, ella ni miraba precios ni miraba cantidad. Sabiendo que la compra se hacía semanalmente y habiendo fijado el día de la compra siguiente, uno podría pensar "Voy a necesitar tantas cosas, voy a comprar tanto". Es lo más lógico. Ella, en cambio, era "Él se echa esto, yo me echo lo mismo, aunque ya tenga lo otro". Normal que al final llegase la última cena antes de ir a comprar y le sobrase un sobre de yakisoba, un cacharro de crema de calabaza y dos par de flautas de queso, un par con bacon y otro par con pollo. Y eso sin añadir la pizza que le pedí que le guardase a una amiga que vino de visita ese fin de semana. ¡Menuda cena! Mejor que el rey, oye.

Seguramente me esté dejando cosas en el tintero, pero tampoco quiero que esta entrada sea interminable, así que, antes de hablar de sus impertinencias y finalizar, resumiré todo esto con que nos tenía como esclavos (que hasta le tenía que poner yo la lavadora porque me dejaba un pestazo en mi cuarto, hablando de su higiene...), que jamás hizo por ayudarnos ni a mi madre ni a mí, que estuvo abusando de mi confianza y que ahora entiendo que su madre la tenga tan "puteada" y que la despidieran en Italia. Ahora, sus impertinencias:

Resaltaré solo cuatro, para hacer esto más ameno, pero creedme que hubieron unas cuantas. La primera es que ella siempre tenía que ser el centro de atención y, si no, se enfadaba. Era tal que si mi madre o yo estábamos lavando los platos y no escuchábamos que se había levantado, se irritaba por no darle los buenos días (aun me acuerdo del "Gracias, X" con retintín que le soltó a mi madre).

La segunda impertinencia fue una noche que no me encontraba bien. Yo quería echarme a dormir un rato, por eso me metí en el cuarto a las 10 de la noche. Ella insistió en querer saber por qué me estaba distanciando de ella y yo, que no quería hostilidades hasta que se fuera (de hecho, tenía claro que se lo diría todo el día en que se tuviera que ir) le respondí que era mejor no hablarlo en ese momento. Obviamente, si se rebota por no darle los buenos días... En efecto, primero se fue al baño sin decir ni una palabra y luego, cuando vino a recoger el cargador, claro está, para seguir con el móvil, le pedí que cerrase la puerta. ¡Y tanto que lo hizo! Hasta el vecino de la otra punta del edificio debió haber escuchado que cerró la puerta. Esa misma noche, durmió en el sofá por su pataleta. Y no porque yo la mandase al sofá, pues dejé la luz encendida de mi cuarto (haciéndome dormir durante cuatro horas incómodo) para que pudiera entrar. Esta sería la tercera impertinencia.

La cuarta y última impertinencia es ya cuando mi madre y yo dijimos de echarla (sí, señores, la decisión fue unánime, pero es muy fácil culparme a mí para que la gente diga "Joder con Stryke, qué malo es"). Viéndose en la calle y tras haberle explicado una parte de los motivos, ella intentó convencernos de quedarse diciendo que lavaría los platos. Yo lo sentí mucho por ella pero la decisión era irrevocable, ya era demasiado tarde para hacerlo. Además, no lo aceptábamos por dos razones. La primera, porque ella no lo hacía por educación, sino porque se veía fuera. La segunda, porque nos estaba tomando por tontos al esperar que lavar los platos cinco días fuese a arreglar un mes y medio de esclavitud.

Ahora os recuedo la pregunta que os hice al principio: ¿Qué más nos hubiese dado esperar cinco días si ya la habíamos aguantado un mes y medio? Porque bastante teníamos con lavarle la ropa, darle de comer y tenérselo todo listo, que estuvo viviendo en mi casa a cuerpo de rey (ni mi gato vive tan bien), como para estar aguantándole todas las impertinencias que estaba teniendo con nosotros.

PD: Al igual que en la entrada anterior, creo que no hace falta decir que esto lo pueden corroborar familiares, amigos y la cuidadora de mi abuela.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Sobre las mentiras de @leti_uchiha

No tenía pensamiento de hacer ninguna entrada explicando los detalles de por qué eché de mi casa a quien pensé que era una buena amiga y a quien decidí echar un cable cuando más lo necesitaba, pero viendo la poca gratitud que ha tenido, creo que se pueden avecinar dos entradas nuevas explicándolo todo. No,  no quiero echarle mierda como ha estado haciendo ella conmigo estos días, lo que quiero es limpiar mi imagen y que vosotros, a raiz de tener las dos versiones de la historia, podáis forjaros una opinión propia y razonar.

De momento, solo pienso desmentir lo que está contando sobre mí, aunque, si veo que su victimismo sigue, lo soltaré todo en la segunda entrada. No estoy para aguantar impertinencias de alguien por quien he tenido que dar la cara ante mi familia para que pudiera quedarse más tiempo en mi casa.

Esta farsante ha estado diciendo que estuve acosándola sexualmente y obligándola a desnudarse delante mía (sí, me he enterado de todo lo que cuentas sobre mí, Leti). Yo solo le preguntaré una cosa a todas las personas que se sienten atraidas por las mujeres: ¿Querríais tener algo con una persona que solo se ducha una vez a la semana y se cambia de bragas cada dos duchas? Que no hacía ni falta ver cómo el pantalón siempre se le quedaba a la altura del culo y mostraba durante DOS SEMANAS las mismas bragas. Ya no era solo verlo, era OLERLO. Cualquier persona con la que haya quedado con esta mujer en Málaga la ha olido a metros. Y no exagero, que hasta la cuidadora de mi abuela, quien está acostumbrada a limpiarle la mierda cada día, ha notado su hedor.

Así que decidme, ¿creéis que el neopreno sería suficiente protección para evitar que me contagie de algo si me acerco? Esta es una de las razones por las que llegó a un punto en que no quería ni acercarme a ella. Que hasta dormía en el sofá con tal de que mis fosas nasales respiraran tranquilas, joder. ¿Ahora me va a venir una lunática a decir que la acosé sexualmente? Sí, claro, con mi madre delante, no te jode...

Y esto lo puede corroborar cualquier persona que haya estado cerca de ella en Málaga: mi familia, la cuidadora de mi abuela, amistades... No soy el único al que no le sorprende que en Italia la echasen del trabajo por falta de higiene, viendo lo poco que se duchaba y lo menos que se cambiaba de ropa interior. Por no hablar de que debería sentirse afortunada de que solo le dijeran eso, aunque de esto solo hablaré si esa guarra (refiriéndome a su escasa higiene corporal) sigue tirándome de la lengua metiéndome mierda.

Como dije, no tenía pensamiento hablar de esto, y no estoy buscando meterle mierda, pero si he sacado ese trapo sucio es para que el razonamiento humano se dé cuenta de que tengo que tener mucho estómago para que las milongas que cuenta esa tía sean verdad.

EDIT: Viendo que hay el doble de visitas en esta entrada que en la que explico por qué eché de mi casa a esta chica, os dejo el enlace por aquí, por si acaso está haciéndose la víctima, para que veáis toda la verdad. Enlace a la entrada

martes, 9 de febrero de 2016

Libres de pensar lo que quieren que pensemos

En mi última entrada hablé sobre la escasa libertad de expresión que tenemos en nuestra vida cotidiana a causa de la sensibilidad y la intolerancia de las personas que nos rodean. Esta vez, quiero hablar del mismo tema pero en el ámbito político. Y del caso que más hablaré aquí es del conocido "Gora ALKA-ETA" de la función de "Títeres desde abajo", ya que es un claro ejemplo de la manipulacion mediática y de cómo solo dos personas, "armadas" con marionetas, pueden hacer daño a los peces gordos del estado.

Alguien del ayuntamiento de Madrid debería dar la cara por los títeres encarcelados y hacerse responsable del nefasto error que ha cometido al situar en la programación como "espectáculo infantil" una actuación que en ningún momento se dijo que fuese apta para niños. De hecho, la misma compañía tiene puesta en su página dicha actuación en la sección "TEATRO POPULAR", justo al lado de los espectáculos infantiles. Pero es más fácil encarcelar a dos artistas que estaban haciendo su trabajo que dimitir por la incompetencia de no haber siquiera visto la obra, ¿verdad? Pero no vengo aquí a hablar de la incompetencia de los ayuntamientos y de los organizadores de festejos, así que volveré al tema que nos importa en verdad.

Se ha tergiversado mucho el mensaje de la obra, llegando incluso a decir que hace apología del terrorismo por el famoso cartel de "Gora ALKA-ETA". Partiendo de la base que el cartel incluía un juego de palabras entre "alkatea" (alcalde en euskera) y "ETA", hay que dejar claro que esa parte de la función no hace apología al terrorismo precisamente, sino que denuncia la represión policial a la que someten a los manifestantes. Más específicamente a la manipulación que hacen para justificar esa represión. No es el primer caso en el que colocan pruebas falsas para inculpar a personas inocentes y así justificar su detención y quitárselos de encima. Si tuviéramos que encarcelar a todo aquel que haya hecho una sátira así, creedme que el cine español ni existiría.

Me encantaría poder hablar del resto de la obra pero, por desgracia, yo no he sido uno de los espectadores que la han podido disfrutar (recordemos que en Granada se ha representado también y no ha habido ningún descontento dentro del público). Aunque, si las interpretaciones que he leído sobre su trama son ciertas, debo decir que lo único de lo que se puede culpar a alguien ahí, y ya dejé claro que habría que apuntar al ayuntamiento de Madrid, es de situar un espectáculo para adultos en una programacion para niños. Dejando eso de lado, no es más que una denuncia social que ha escocido a los de arriba. Pero vivimos en un país libre, o eso dicen...

Se supone que tenemos algo que se llama "libertad de expresión", pero pongo en duda que eso exista hoy en día al ver cómo han encarcelado a dos personas solo por una simple sátira. Y me parece triste. Han aportado su granito de arena a una cultura que, cada vez, está más empobrecida gracias a los recortes y a las reformas de la derecha del país. Quizá sea por lo que se mencionó en los Goya, que al "señor" Montoro no le afecta que nuestra cultura se vaya a la mierda, hablando mal pero claro. Aunque esto explicaría muchas cosas.

A los dirigentes fascistas de gobierno no les interesa tener a un pueblo listo. Es más fácil manipular y engañar a unos borregos que a unos librepensadores. No quieren tener a nadie que destape sus tramas de corrupción, ni que se les ponga en contra cuando quieran hacer alguna reforma anti constitucional. Sin un pensamiento propio, todos siguen al líder, sin importar cuán desastrosa sea su gestión o cuánto daño nos infrinja. Por eso, cuando se le escapa alguien del rebaño y habla, la derecha casposa sufre. Saben que están perdiendo su poder, saben que se les acaba el chollo poco a poco, saben que tienen los días contados, y que todo es gracias a las voces que se levantan contra ellos. Y su única arma es la represión y la manipulación. Por eso no hay ningún medio grande que no esté corrupto, por eso no tenemos medios de información fiables que nos puedan comunicar lo que está pasando de verdad, por eso tenemos que recurrir a periódicos obreros que, sin miedo, hablan y denuncian la situación que estamos viviendo millones de españoles. Porque la libertad de expresión cada vez es más pobre. Ya no somos libres ni para decir lo que pensamos.

Y la prueba está cuando vemos a compañeros encarcelados por luchar mientras bandas fascistas siguen campando a sus anchas con total impunidad. Porque el único pensamiento que permiten es el que comparte sus ideales. Está mal representar una obra donde se denuncia las injusticias del poder judicial pero está bien pasear una figura de un hombre torturado y crucificado por las calles. Está mal denunciar las atrocidades de la policía pero está bien hacer negocio con un espectáculo sanguinario, como es la tauromaquia, donde los niños ven sufrir hasta la muerte a un animal desangrándose. Y, mejor aun, que hasta los hagan partícipes de esa aberración. Está mal manifestarse contra un gobierno corrupto que nos quita libertades pero está bien enaltecer una dictadura.

Sinceramente, solo somos libres para pensar lo que ellos quieren que pensemos.

domingo, 7 de febrero de 2016

Libres de decir lo que quieren oír

En esta entrada no hablaré de ningún aspecto político referente al tema del que se está hablando estos días. Al fin y al cabo, todos conocemos las barbaries que hacen nuestros dirigentes y su hipocresía apareciendo en las fotos, pidiendo libertad de expresión en algunos casos y encarcelando a quien se mofa de ellos en otros. Esta entrada irá más allá del gobierno y de sus perros falderos, quienes se hacen llamar "cuerpos de seguridad del estado" para "preservar el orden y la ley". Aquí quiero hablar de nuestro día a día, de los aspectos más rutinarios. Pues hemos llegado a un punto en el que no somos libres de hablar ni en nuestra propia casa.

Vivimos en una época donde las redes sociales casi que controlan toda nuestra actividad. Pasamos una gran parte de nuestros días interactuando con personas extrañas, la mayoría de las veces desconocidas, riendo o debatiendo, o, simplemente, comentando nuestro día a día. Pero si algo he aprendido es que, cada vez más, la gente es demasiado sensible. Y resulta que un simple chiste o una burda broma puede costarte una amistad hoy en día...

No podemos hablar con libertad porque siempre habrá alguien que se ofenda o te mande a callar, sin importar lo bien que se sostengan tus argumentos o las buenas intenciones que hayas tenido en tu comentario. Y diréis que solo estoy hablando de las redes sociales, pero pensad que detrás de cada cuenta hay una persona real, y esa persona real, por muy marginada que sea, también tendrá actividad en su vida cotidiana más allá de Internet.

Una broma, una idea, un pensamiento... cualquier cosa puede costarte mucho en estos días. Nos vemos obligados a callar lo que pensamos por temor a ser rechazados, a que nos excluyan y a que nos ataquen. Sí, a que nos ataquen. Pues quienes se ofenden con tanta facilidad son también las personas que, a la mínima, salta con uñas y dientes. Es más, seguro que recibiré alguna queja por esta entrada aunque no haya mencionado a nadie, porque las personas se dan por aludidas solas, sin necesidad de que haya escrito nada referente a ellas. Imaginad hasta qué punto llega la sensiblería.

Ahora mismo, si yo digo que me he comido un bocadillo de foie gras, me vendrán una panda de veganos a llamarme terrorista y asesino e idos a saber qué más. Si digo que el "Gora Alka-ETA" no es más que una sátira inocente, me vendrán a decir que se nota que ningún familiar mío ha muerto a manos de ETA. Y ya no hablemos de la intolerancia...

Si digo que milito en el Sindicato de Estudiantes, vendrán los nazis a darme una paliza. Si digo que soy de izquieras, vendrán los fachas a darme una paliza. Si pido el exilio del rey, vendrán los maderos a darme una paliza. Si digo que me he comido un chuletón, capaz de que algún vegano venga a darme una paliza. ¿Os fijáis? Siempre lo arreglan con violencia. Y el problema es lo que llevo hablando toda la entrada: La intolerancia y la sensibilidad de las personas. Si se dejasen de ofender o tuvieran respeto por los pensamientos de los demás, sí podríamos hablar de una verdadera libertad de expresión. Pero, hasta entonces, solo somos libres de decir lo que ellos quieran oír.

sábado, 30 de enero de 2016

Las puertas del destino

Para muchas personas que creen en el destino, este es algo inalterable que, como si de un libro se tratase, nunca se modificará. Piensan que todo está escrito y que acabará sucediendo así como si nada. De ahí que se llegue a creer en muchas ocasiones que dos personas estén destinadas a conocerse así sin más. Y, en cierto modo, podría decir que estoy de acuerdo con una pequeña parte de ese concepto. En cambio, debo reconocer que mi pensamiento es algo más extenso que eso.

Sí, creo que el destino está escrito, pero también está condicionado a una serie de decisiones que tomamos a cada milésima de segundo que pasa. Esto se debe a que, desde siempre, he pensado que un segundo puede ser la diferencia incluso entre vivir o morir. Considero, teniendo en cuenta esta última observación, que cada cosa que hacemos, incluso la decisión de no hacer nada, es una elección para uno de los infinitos destinos que se han escrito para nosotros. Para que podamos entenderlo mejor, vamos a imaginarnos una habitación donde, frente a nosotros, tenemos un montón de puertas. Detrás de cada puerta nos encontraremos algo distinto. No sabemos qué es, pero tampoco podemos estar quietos, por lo que abrimos una y nos encontramos otra sala exactamente igual, con otro puñado de puertas, y algo dentro. Ese algo podríamos decir que es lo que estaba escrito en ese destino.

Obviamente, ese puñado de puertas es algo muy simplificado. Tenemos infinitas opciones y no sabemos a dónde nos conducirá cada una, pero avanzamos a un ritmo frenético, sin pausa, y vamos abriendo puertas, una tras otra, para acabar en una habitación distinta y, a la vez, similar. Explicaré esto.

Nosotros tenemos muchas decisiones. Ya sea apoyarnos en la mesa con una mano o con la otra, respirar ahora o un segundo más tarde, levantarnos de la silla o seguir sentados... Son decisiones que tomamos inconscientemente, y cada segundo que pasa vamos abriendo esas puertas, por lo que, salvo que decidamos hacer algo distinto a lo que estamos haciendo en ese momento, vamos a encontrarnos una sala muy similar. Pero habrá algo más que también determinará lo que vamos a encontrar: Lo que hayan decidido las personas que nos rodean.

Nuestro destino condiciona el destino de los demás, y el destino de los demás condiciona el nuestro. Sería estúpido pensar que solo tomamos decisiones que nos incumban a nosotros, y que todo lo que nos pasa es porque lo hemos decidido. Por lo que dos personas sí están destinadas a conocerse, pero es solo un destino entre los infinitos destinos que se han escrito para ambos. Ese destino solo será posible si, hasta entonces, esas dos personas han abierto las puertas que llevaban hasta él.

Ahora puede quedar una duda: ¿Por qué abrimos puertas hasta cuando no hacemos nada? Porque, en esa milésima de segundo en la que nosotros no hemos hecho nada, millones de personas han hecho algo, y ese algo, recordemos, condiciona también nuestras habitaciones. O, incluso, sin necesidad de que alguien tome una decisión, algo que sea realmente inevitable por circunstancias que hayan ocurrido en el pasado. Para hacerlo más visual, imaginemos que estamos sentados viendo la tele, sin movernos. Ahora nos vamos a encontrar con dos puertas, para hacerlo más fácil. Una es levantarse e ir al baño y la otra es levantarse un segundo más tarde. Decidimos ir inmediatamente y, por el camino, se nos cae la lámpara del techo encima. En esa decisión hemos abierto la puerta donde nuestro destino es que se caiga la lámpara. En cambio, si decidimos ir un segundo más tarde, la lámpara se caerá delante nuestra, pero no nos hará daño. ¿Comprendéis por qué abrimos puertas incluso sin tomar decisiones, constantemente, sin pausa?

El destino está escrito en infinitas posibilidades, como si de una novela visual se tratase, y tanto las decisiones que tomamos como las decisiones que toman los demás serán las que hagan que nos encontremos con un destino o con otro.