Sé que a pocas personas les importará lo que estoy escribiendo y lo que estáis leyendo a continuación, pero sentía la necesidad de hacer un resumen para recordar todo lo que he vivido en este 2015. Al fin y al cabo, no todo ha sido negativo en este año, aunque las últimas etapas han sido muy dolorosas en muchos aspectos, algunos de los cuales habréis podido intuir con las entradas de este blog. En fin, sin más dilación, me dispongo a resumiros lo que ha sido el 2015 para mí y cuáles han sido las vivencias más reseñales de este último año. Quizá lo estéis leyendo aun en el 2015, en las últimas horas o los últimos minutos de año. La mayoría, seguramente, lo estéis leyendo ya en el 2016. De cualquier forma, quiero empezar deseándoos un feliz año. Comencemos.
Por primera vez en toda mi vida, empecé el año acompañado de una persona, por aquel entonces, muy querida. No compartíamos sangre ni apellidos, y ningún vínculo nos unía en familia, aunque, para mí, formaba parte de mi familia como si fuese una hermana. En este punto habréis intuido quién era. Sí, pasé el 1 de enero en su compañía, y fue una noche que, aparte de los momentos más reseñables que no mencionaré, no por privacidad sino por falta de tiempo, jamás olvidaré. No podía imaginarme un comienzo de año mejor, dadas las circunstancias. Obviamente, hubiese podido ser mucho mejor, pero hubiese sido solamente en un sueño utópico.
El primer medio año no estuvo mal, quitando pequeños detalles tontos. Estuve en buena compañía, mi, por aquel entonces, hermana y yo estábamos más unidos que nunca, me había acercado aun más a algunas personas que me habían aportado algo de estabilidad en mi vida, buenos amigos los llamaba y, a algunos, los sigo llamando. Pero el verano, como todos los años, siempre me aguardaba algo negativo, el comienzo de algo fatal en mi vida. Poco a poco, A. y yo nos fuimos distanciando. Ya no existía esa esencia que nos unía en un vínculo de hermanamiento, sentía que ella se alejaba y que, poco a poco, le importaba más su orgullo que mis sentimientos. Esto lo dejó patente cuando, por su culpa, estuvieron a punto de denunciarme por una gilipollez y ella nunca fue capaz de dar la cara y decir que ella era la única responsable. Tuvo que ser su padre quien interviniera por mí para evitarme problemas. Menuda hermana era, ¿eh?
Sus compañías, ahora nazis, empezaron a llevarla por el mal camino. Ella, una chica sana y alegre, empezó a beber y a odiar a todo el mundo, a ser egoista y a convertirse en lo que siempre había repudiado. Y luego se quejaba de su hermanastra, cuando ella iba por el mismo camino... Todo fue a peor hasta que, como habréis leido en la entrada "Dama de discordia", se fue todo a la mierda.
Creyendo que las fiestas serían deprimentes para mí al verme solo con mi madre tanto en nochebuena como en nochevieja, deseaba que todo se acabara pronto, que el mundo explotara y nos fuésemos todos a la mierda, que se extinguiera la humanidad y yo con ella. Pero un rayo de esperanza vino a Málaga. Una persona a quien conozco desde hace mucho tiempo y que llevaba bastante deseando conocer en persona vino a pasar las fiestas conmigo. De hecho, estoy escribiendo estas líneas mientras esa persona está en la ducha, antes de irnos los dos a comer. Así que, bueno, supongo que puedo decir que terminaré este año tal y como lo empecé. Misma historia, distintos personajes. Solo espero que el final de esta historia cambie lo suficiente como para no volver a caer en otra depresión. No sé cuántas llevo ya, no sé cuántas estoy afrontando, ni sé cuánto tiempo aguantaré todo esto, pero, al menos, ahora estoy acompañado de alguien que me quiere y me aprecia y le agradezco que, después de todo, me esté apoyando tanto en estos momentos difíciles en los que una persona considerada hermana se ha convertido en la peor de mis damas de discordia.
Sí, en el tema sentimental he estado constantemente en un montaña rusa, y casi me cuesta la vida. Espero que ahora el ámbito sentimental sea más estable.
¿Y qué hay de lo demás? Os preguntaréis, panda de cotillas. Bueno, empecé el año sin estudiar ni trabajar, esperando a que llegase el verano para echar la matrícula para bachillerato. Debido a la incompetencia de la secretaría de un instituto, no pude entregar la solicitud a tiempo (la hubiese entregado, pero no me la habrían aceptado por estar incompleta). Eso me obligó a cambiar mis planes y echarla en un FP de grado medio: Sistemas microinformáticos y redes. Si me leisteis por Twitter, sabréis que estaba impaciente por empezarlo. Todo cambió cuando una pelea con la dama de discordia me desmotivó y me hizo largarme de ahí. Genial, ¿eh? Otro curso que dejo, ahora en tiempo record...
Al menos pude centrarme en el Sindicato de Estudiantes, donde, lo que considero un ascenso, me ha hecho ser responsable de Finanzas en la sección sindical de Málaga. Además, he tenido un trimestre bastante movido, así que no puedo quejarme con la acción sindical de este curso. Eso sí, miedo me da empezar en enero. ¿Alguien me hace el relevo?
Y hablando del SE, una vivencia que jamás olvidaré y que espero repetir el año que viene fue la feria. Sí, este año pude ir a la feria y estar en la caseta del SE como "servicio de orden". A pesar de ser el nuevo, el extraño, el novato, me desenvolví bien. Será porque, aunque era nuevo en la caseta, tenía experiencia en manis y los compas tenían tan buen rollo que sentía que los conocía de toda la vida. Fue algo único e inolvidable, y espero que en la feria de 2016 se vuelva a repetir.
En fin, no os daré más la brasa. Si habéis llegado hasta aquí, felicidades por leer algo tan aburrido. Si no habéis llegado hasta aquí, no me molestaré en mandaros a la mierda porque no lo leeréis. De hecho, no sé por qué sigo escribiéndoos, panda de vagos y cretinos. Gracias a los pocos que habéis estado en este 2015, espero teneros de nuevo a mi lado en el 2016. Al resto... bah, no merece la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario