martes, 27 de octubre de 2015

¿A quién le importa?

Vives por y para los demás. Jamás lo harás por ti. Tienes que cumplir los objetivos que te marcan, cumplir con las expectativas que te imponen, sin importar que quieras hacerlo o no, sin importar que te guste lo que haces, sin importar nada. Al fin y al cabo, te crearon para ello, para realizar y concluir con tus tareas de manera eficiente como una máquina automatizada de carne y hueso. ¿Sentimientos? Eso es lo de menos. Haz tu trabajo y punto. Así debe ser siempre, hasta el día de tu muerte.

A nadie le importan tus temores, a nadie le importa cuán enfermo te halles, tienes que hacer lo que se te manda como la buena herramienta que eres. Porque eso eres para las personas, para todo el mundo, sin distinción: una simple herramienta que utilizar y deshechar cuando ya no eres útil. Cuida de no romperte, cuida de no estropearte, cuida de ser siempre funcional, o acabarás en la más profunda soledad posible. Total, ¿a quién le importa?

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