Hoy día nadie parece apreciar las obras de los demás. Entras en las redes sociales y solo se comparten los trabajos de los mismos, aquellos que han llegado a la cima gracias a sus contactos, sus amigos o determinados dones que han cautivado a su público y en los que no entraré en detalle para no desviarme del tema. Y desde luego no trato de desprestigiar el trabajo de estas personas, pero es frustrante ver que todas tienen algo en común: han llegado a donde han llegado gracias a sus seguidores. Y ahí es donde está el problema de aquellos que acaban de empezar en el mundo del arte o muchos otros artistas que, sin importar el tiempo que lleven, nunca han conseguido llegar a un número determinado de personas con sus trabajos.
Los seguidores de un artista es un factor que determina en gran medida el éxito de dicho artista. No importa cuánto trabajes en tu obra, no importa cuánto empeño le pongas, no importa si tienes talento, una idea genial o has conseguido hacer algo grande; nada importará tanto como conseguir difusión. Y es en la difusión donde entran los amigos, los contactos y los seguidores del autor.
Es normal entonces que luego leamos historias que parecen copias las unas de las otras, monótonas y aburridas, y pasemos por alto muchas otras historias innovadoras, atrayentes y que te enganchan desde el primer momento. ¿Por qué? Porque nadie te ha hecho llegar esa historia tan fantástica, porque nadie ha querido compartirla. Quizá porque nadie ha querido siquiera echarle un vistazo, porque esa persona no tiene amigos o seguidores que compartan su obra y se quedará para siempre en el anonimato, esperando con ilusión pero sin esperanza que llegue el día en que alguien le dé una oportunidad y arranque la tapadera que le impide salir de ese pozo negro. Aunque el resultado más posible es que se desmotive, se desanime, la ilusión se desvanezca lentamente y acabe abandonando su trabajo a la mitad.
Aunque escribamos, dibujemos, cantemos, compongamos o hagamos lo que queramos hacer porque nos gusta, a todos nos gusta ver que la gente aprecia nuestro trabajo. Porque detrás de cada dibujo, de cada historia o de cada canción, por citar algún que otro ejemplo, hay un gran esfuerzo, horas de trabajo, mucho empeño y una ilusión que se verá rota si siente que todo aquello ha sido en vano porque nadie parece apreciarlo. ¿Y cómo se puede evitar que esta persona se sienta frustrada? Apoyando su obra.
Compartir la obra de alguien no cuesta ningún trabajo. En Twitter un simple RT es suficiente; las páginas como Blogspot, YouTube, Wattpad y otras muchas redes llenas de obras de artistas desconocidos tienen un botón para publicar en tu perfil un enlace para que tus amigos puedan apreciar esa misma obra; incluso puedes compartir las publicaciones de Facebook en tu tablón. Todo esto se traducirá en futuras visitas que animarán y harán muy feliz al autor, quien, agradecido por la valoración y las opiniones de los demás, posibles seguidores que acabe teniendo, seguirá trabajando para sacar más y más proyectos. Por eso quiero haceros una petición:
Si algún día os topáis por casualidad con el trabajo de alguien poco conocido, o tenéis algún amigo artista, y os gusta su trabajo no dudéis en compartirlo, sobre todo si queréis que siga haciendo más cosas. Es tan fácil como pulsar un botón o enseñárselo a alguien a quien creáis que le puede gustar. Solo se trata de dar difusión y que ese artista tenga un motivo para seguir haciendo lo que hace sin acabar frustrándose. Porque el trabajo de un artista no es tan fácil como parece. Escribir no se trata solamente de teclear cosas al azar, la fotografía no se trata de pulsar un botón, el diseño no consiste en que un programa te lo haga todo, dibujar no es tan fácil como dar simples pinceladas, cantar no es tan sencillo como parece. El trabajo de un artista es muy complejo y está lleno de baches, y una ayuda tan simple como pulsar un botón y hacer que otras personas vean ese trabajo puede hacer muy feliz a su autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario