Esta entrada va dirigida especialmente a mi público masculino porque veo necesario que entiendan el mensaje que quiero transmitir hoy.
Yo soy el primero al que le molestan las generalizaciones que se hacen sobre los hombres, y es obvio que a nadie le gusta que le metan en el mismo saco que a gentuza sin respeto, energúmenos que bien podrían haberse criado en una cueva cazando mamuts lanudos y machitos orgullosos de su virilidad que alardean de cuántos coños han penetrado, y si es sin consentimiento mejor. Pero debemos comprender que si se generaliza no es porque quieran hacerlo así, sino porque han tenido suficientes motivos como para desconfiar de todos nosotros. Un ejemplo:
Voy paseando por la calle a las dos de la madrugada y, casualmente, estoy siguiendo el mismo camino que una chica que va sola. A pesar de que no tenga intenciones de hacer nada y que esa coincidencia no sea más que un producto de la casualidad, no puedo evitar sentir el miedo que pueda sentir ella. Esta misma situación se ha dado montones de veces, y, ¿cuántas veces ha acabado esta misma historia con la chica secuestrada, violada, muerta o las tres cosas a la vez, y ni siquiera en ese orden? Si esta historia se diera al revés, ¿no tendríais miedo vosotros cada vez que salís solos a la calle por la noche? Pues esto es solo uno de los miles de ejemplos que pueden daros las mujeres del miedo que tienen en esta sociedad machista.
Cada vez que veáis a alguien decir que todos los hombres somos tal o cual no os enfadéis ni se lo discutáis, simplemente pensad en qué ha conducido a esa persona a soltar esa frase. Desde hace años siempre repito la misma frase, y esta no es una excepción: "Si te das por aludido será por alguna razón". Menos ofenderse por esta tontería y más empatizar con quien, presa del miedo, desconfía de nosotros y teme por su integridad. Porque lo que a nosotros nos pueda llegar a parecer algo inofensivo como un simple acercamiento, a esa persona se lo ha estado pareciendo hasta que algo demostró que "inofensivo" no es la palabra más adecuada para definirlo. Y no, no me refiero a los piropos, me refiero incluso a saludar a una persona porque te haya llamado la atención y quieras conocerla, sea por la razón que sea, ya sea en las redes sociales o en la calle.
Entendedlo, chicos, no es algo tan difícil, solo se trata de abrirse un poco, conocer lo que ha pasado, está pasando y seguirá pasando mientras no hagamos nada por cambiarlo, y empatizar un poco. Yo soy el primero al que le jode que le metan en el mismo saco, pero al menos comprendo que no es por mi culpa y que tienen razones para ello, y que, si quiero salir de ese saco tengo que demostrar que no pertenezco a él. Y, sobre todo, hacerlo por ellas, no por mí. Porque aquí la víctima no somos nosotros, son ellas. Y si de verdad os jode unas palabras que no dañan a nadie es que tenéis un serio problema.
jueves, 27 de abril de 2017
sábado, 15 de abril de 2017
"Solo quería llamar la atención"
"Solo quería llamar la atención". Qué simple parece todo desde el punto de vista externo de alguien que nunca ha tenido que ponerse en la piel de nadie para saber lo triste y rota que es la vida de alguien. "Solo quería llamar la atención".
Es increíble cómo cinco míseras palabras pueden restar importancia a los problemas de alguien que siente que su vida está vacía y que carece de sentido. Parece que todo el mundo es experto en la vida de los demás y son capaces de distinguir entre los problemas reales y los problemas que se inventa la gente. Sí, soy plenamente consciente de que esta es la misma entrada, con distintas palabras y distinta estructuración, que la que escribí hace algunas semanas hablando sobre el suicidio, pero después de ver 13 reasons why (serie de la cual no sé si me arrepiento de haber visto o no) y de leer algunos comentarios de gente en redes sociales que parecen tener doctorados en psiquiatría por la forma en la que hablan con tanta simpleza sobre este tema, me siento en la necesidad de volver a escribir esto.
"Quiero morir", "me voy a suicidar" y otras frases nada agradables de leer o escuchar por parte de personas a las que consideramos cercanas no son un simple intento de llamar la atención. La gente lo juzga como tal, como si lo único que quisieran es acabar con el tedio que les invade en ese momento y divertirse con alguna chorrada porque se aburren en sus casas y no saben qué hacer. Aquello que la gente llama equivocadamente "llamar la atención" es un grito de auxilio, un intento desesperado por conseguir algo de ayuda que alivie el sufrimiento con el que le ha tocado convivir.
"Quien quiere suicidarse lo hace, no lo dice" es otra de las excusas que pone la gente sin empatía, ególatras narcisistas que solo se preocupan por sí mismos y les da igual lo que les pase a los demás con tal de que ello no les afecte. Porque nada, salvo lo que les ocurre a ellos directamente, importa. Y quizá, en una pequeña parte, tengan razón con esa frase y quien ha gritado auxilio realmente no quiera morirse. Porque, siendo realistas, nadie quiere morir realmente. Lo que todos desean es que cese ese dolor, que desaparezcan todos sus problemas y puedan vivir una vida feliz y lejos de toda tristeza. Y, cuando toman la decisión de acabar con sus vidas, es porque no les quedaba otra opción para conseguir acabar con su tortura.
Suicidarse no es una decisión voluntaria que toma el suicida porque sí. Es algo que ha meditado durante un tiempo y es una opción a la que ha tenido que acogerse conducido por la desesperación y el abandono. No somos nadie para juzgar si tenía problemas de verdad o no, solo esa persona sabe si era capaz de lidiar con la carga que tuviera que sostener o no. Lo único que podemos hacer es intentar aliviar esa carga antes de que tome esa irreversible decisión de cortar todos los lazos que le atan al mundo y, como diría la raza ficticia de los kenders, "adentrarse a su última aventura".
Sé que hay muchos gilipollas sueltos que bromean con el tema del suicidio para creerse "guays" o seguir una estúpida moda, pero no nos pongamos cómodos creyendo que todo el mundo es así. Sabemos distinguir entre quien bromea y quien lo dice de verdad, sabemos diferenciar al que sigue esa estúpida moda y al que cuenta su vida por necesidad de encontrar un apoyo donde descansar. Lo que pasa es que es mucho más cómodo y fácil meter a todo el mundo en el mismo saco y que nuestro propio egoísmo nos haga creer que no podíamos hacer nada por la otra persona y que era mejor dejarlo estar.
Sé muy bien el enorme esfuerzo que puede suponer contarle a alguien tu vida y decirle lo mal que estás para buscar a alguien que alivie el peso de tu dolor, y lo mal que se siente uno después creyendo ser una carga para quien decide ayudar. Por eso quiero pediros una cosa por segunda vez en este blog: No pisoteéis el valor que tanto trabajo le ha costado reunir a alguien para confiar en vosotros y pediros ayuda. No se trata de solucionar la vida de los demás, solo de hacerle ver a esa persona que vais a estar ahí para lo que haga falta, que daréis lo que podáis por esa persona, y, quizá, con un mínimo esfuerzo podáis salvar la vida de alguien. De verdad, os lo pido de corazón, no permitamos que muera nadie más por no ser capaz de afrontar su propia existencia. Bastante caótico es el mundo ya como para que encima repudiemos a quien solo necesita de nuestra presencia para que su mundo sea un poco mejor.
Es increíble cómo cinco míseras palabras pueden restar importancia a los problemas de alguien que siente que su vida está vacía y que carece de sentido. Parece que todo el mundo es experto en la vida de los demás y son capaces de distinguir entre los problemas reales y los problemas que se inventa la gente. Sí, soy plenamente consciente de que esta es la misma entrada, con distintas palabras y distinta estructuración, que la que escribí hace algunas semanas hablando sobre el suicidio, pero después de ver 13 reasons why (serie de la cual no sé si me arrepiento de haber visto o no) y de leer algunos comentarios de gente en redes sociales que parecen tener doctorados en psiquiatría por la forma en la que hablan con tanta simpleza sobre este tema, me siento en la necesidad de volver a escribir esto.
"Quiero morir", "me voy a suicidar" y otras frases nada agradables de leer o escuchar por parte de personas a las que consideramos cercanas no son un simple intento de llamar la atención. La gente lo juzga como tal, como si lo único que quisieran es acabar con el tedio que les invade en ese momento y divertirse con alguna chorrada porque se aburren en sus casas y no saben qué hacer. Aquello que la gente llama equivocadamente "llamar la atención" es un grito de auxilio, un intento desesperado por conseguir algo de ayuda que alivie el sufrimiento con el que le ha tocado convivir.
"Quien quiere suicidarse lo hace, no lo dice" es otra de las excusas que pone la gente sin empatía, ególatras narcisistas que solo se preocupan por sí mismos y les da igual lo que les pase a los demás con tal de que ello no les afecte. Porque nada, salvo lo que les ocurre a ellos directamente, importa. Y quizá, en una pequeña parte, tengan razón con esa frase y quien ha gritado auxilio realmente no quiera morirse. Porque, siendo realistas, nadie quiere morir realmente. Lo que todos desean es que cese ese dolor, que desaparezcan todos sus problemas y puedan vivir una vida feliz y lejos de toda tristeza. Y, cuando toman la decisión de acabar con sus vidas, es porque no les quedaba otra opción para conseguir acabar con su tortura.
Suicidarse no es una decisión voluntaria que toma el suicida porque sí. Es algo que ha meditado durante un tiempo y es una opción a la que ha tenido que acogerse conducido por la desesperación y el abandono. No somos nadie para juzgar si tenía problemas de verdad o no, solo esa persona sabe si era capaz de lidiar con la carga que tuviera que sostener o no. Lo único que podemos hacer es intentar aliviar esa carga antes de que tome esa irreversible decisión de cortar todos los lazos que le atan al mundo y, como diría la raza ficticia de los kenders, "adentrarse a su última aventura".
Sé que hay muchos gilipollas sueltos que bromean con el tema del suicidio para creerse "guays" o seguir una estúpida moda, pero no nos pongamos cómodos creyendo que todo el mundo es así. Sabemos distinguir entre quien bromea y quien lo dice de verdad, sabemos diferenciar al que sigue esa estúpida moda y al que cuenta su vida por necesidad de encontrar un apoyo donde descansar. Lo que pasa es que es mucho más cómodo y fácil meter a todo el mundo en el mismo saco y que nuestro propio egoísmo nos haga creer que no podíamos hacer nada por la otra persona y que era mejor dejarlo estar.
Sé muy bien el enorme esfuerzo que puede suponer contarle a alguien tu vida y decirle lo mal que estás para buscar a alguien que alivie el peso de tu dolor, y lo mal que se siente uno después creyendo ser una carga para quien decide ayudar. Por eso quiero pediros una cosa por segunda vez en este blog: No pisoteéis el valor que tanto trabajo le ha costado reunir a alguien para confiar en vosotros y pediros ayuda. No se trata de solucionar la vida de los demás, solo de hacerle ver a esa persona que vais a estar ahí para lo que haga falta, que daréis lo que podáis por esa persona, y, quizá, con un mínimo esfuerzo podáis salvar la vida de alguien. De verdad, os lo pido de corazón, no permitamos que muera nadie más por no ser capaz de afrontar su propia existencia. Bastante caótico es el mundo ya como para que encima repudiemos a quien solo necesita de nuestra presencia para que su mundo sea un poco mejor.
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