sábado, 25 de febrero de 2017

El trabajo de un artista

Hace tiempo colgué una entrada en la que hablaba del esfuerzo de los artistas y de cómo muchos acababan desmotivados a seguir adelante por la falta de aprecio en sus trabajos, en lo fácil que era seguir motivándolos solamente con compartir sus obras y dándole una opinión positiva o constructiva sobre ellas. Y aunque el título de esta entrada es muy similar a su predecesora, quiero recalcar la diferencia de término al emplear, esta vez, la palabra "trabajo". Porque no paro de ver constantemente cómo la gente critica a aquellos que quieren monetizar sus trabajos, argumentando que, al ser un hobby, no debería cobrarse por ello y que cualquiera podría hacer lo mismo.

En primer lugar quiero compartir una experiencia muy corta que me ha servido como reflexión para esta entrada. Cuando estaba estudiando fotografía, en mi primer año nos preguntaron en clase: "Cuando os pidan un presupuesto, ¿cuánto deberías cobrar por sesión?". Nadie, o más bien casi nadie, sabía qué responder. La respuesta que nos daban únicamente incluía la inversión que habíamos hecho en nuestros equipos (cámaras, lentes, objetivos, focos, reflectores, etc.) y, aunque es una respuesta correcta, siento que no es la más completa.

Cuando un artista, ya sea un fotógrafo, un dibujante, un diseñador, un músico o lo que sea, pone a la venta sus trabajos no tiene detrás solamente una inversión económica, que también. A sus espaldas hay un puñado de horas de esfuerzo y dedicación puestos sólamente en la obra que está vendiendo. Pero, a su vez, antes de esa obra ha tenido otro tanto tiempo en aprender y perfeccionar su campo. Cuando vemos un dibujo la gente solo es capaz de ver que el dibujo sea bonito y les agrada, pero el valor de ese dibujo es mucho mayor de lo que vemos a simple vista. Ya no es solo el lienzo (ya sea papel o un lienzo literal) y los materiales que ha empleado para dibujarlo, no es solo el dinero que ha invertido en poder plasmar su trabajo, es también toda la experiencia que ha tenido su autor para conseguir que ese dibujo sea tal y como lo vende. Horas trazando líneas, borrando, redibujando, coloreando, más las horas que haya pasado dándole forma a su idea, más las horas que haya pasado con obras anteriores (que son las que han servido al artista para mejorar su talento), más las horas que haya estado estudiando e investigando cómo hacer todo lo que sabe hacer. Es decir, no solo está la inversión económica que ha hecho en ese lienzo, también está el tiempo que ha invertido.

Esto se puede aplicar a cualquier otro campo. Un rapero que vende su maqueta por cinco euros no pretende solamente recuperar el dinero que le ha costado hacer una copia en un CD, o el dinero que se ha dejado en el estudio de grabación. También está monetizando las horas que ha tardado en componer esas canciones y todo el empeño y la dedicación que le ha puesto a cada tema, no solo de su maqueta sino de toda su carrera musical. Que, por cierto, si os quejáis de lo caros que son los estudios de grabación pensad que el equipo y la formación no son nada baratos, y que requiere de muchísimo tiempo aprender a mezclar y masterizar, por no hablar de que una canción de rock puede incluir perfectamente decenas de pistas que hay que trabajar de manera individual.

Otra cosa que he escuchado muchas veces es "esto mi amigo Menganito lo hace mejor y más barato", y es el típico error en el que caemos muchas veces, yo incluido: Juzgar el coste de un trabajo en base a la calidad. Juzgamos muy a la ligera la calidad del dibujo, de la maqueta o de cualquier otro producto o servicio artístico en base a su calidad. Y obviamente todos queremos el mejor trabajo posible al menor coste posible. Si te parece que un precio es abusivo y que otro te ofrece lo mismo pero más barato y mejor es tan fácil como comprárselo al otro pero no soltárselo a la cara de quien intenta venderte su trabajo. Podemos decidir a quién comprarle qué cosa, pero no somos quiénes para decirle a nadie por cuánto debería vender su trabajo. Y más en el mundo del arte donde toda opinión es subjetiva.

En definitiva, y para no explayarme en algo que he tratado de explicar de la mejor manera posible e intentando no ser redundante y cansino, solo resta decir que la mejor decisión que puede tomar alguien es vender su trabajo si piensa que vale para ello. No se trata de lo que digan los demás, consiste en lo que crea uno. Cada cual sabe cuánto ha tenido que invertir y cuánto debería cobrar, sin importar lo que piensen o digan los demás. Por eso mi consejo es que no dejéis que os desanimen, que no os suelten sus excusas rancias de rácanos que no quieren soltar un duro y sigáis cobrando por vuestros trabajos, porque valerlo lo valen. Da igual si está mejor o peor, da igual si gusta más o menos, el valor de una obra no radica en gustar más, sino en la dedicación, el esfuerzo y el aprendizaje.